Es singular el árbol Almez por su concepto propio y sus cualidades. Al lado de la casa rural hay más de uno. A nosotros nos gusta mucho, personalmente a mi me da mucha paz. A parte, es un árbol que se utilizaba para realizar herramientas agrícolas para trabajar en el campo.

Su singular aspecto del tronco nos puede recordar la pata de un elefante. En un lenguaje coloquial nos podemos referir a este árbol como el pata de elefante. Tiene un tronco gris largo y en la parte inferior se amplía como si fuera el pie del animal. Actualmente el almez es plantado en zonas urbanas con la función de árbol de sombra, en sustitución de los plátanos, más propensos a enfermar.

En los ejemplares más viejos, el tronco puede vaciarse interiormente. La copa esférica puede llegar a gran tamaño. Las hojas son caducas, de forma ovada o lanceolada, con el margen dentado, terminadas en una punta larga y curvada y con la base asimétrica para recordar que el almez, igual que el olmo, pertenece a la familia de las ulmáceas. En el proceso de maduración del fruto, la almeza. Es del tamaño de un guisante. Pasa sucesivamente por las etapas de colores verde, amarillo, azulado y finalmente negro, cuando está ya totalmente maduro y tiene mejor sabor.

Es un árbol de crecimiento rápido. Su madera flexible se usa para herramientas agrícolas, en especial horcas, bastones o mangos de labranza. Cuando se corta la rama se tiene que eliminar la savia. Se sumerge en agua los troncos para expulsar la savia. En el proceso de moldeo de la madera se tiene que pelar y calentar con un soplete. Cuando se enfría se endurece según la forma que se le ha dado. Su ramaje que se puede utilizar como forraje a los animales.

Se le llama también árbol de bienvenida y por ello se suele plantar a la entrada de las casas. Al lado de Cal Cisteller hay uno. En la Volta y el Baluard hay varios. También es símbolo de prosperidad en relación a la elaboración de las herramientas.

Para nosotros la prosperidad significa el auge, bienestar y felicidad del quehacer.